Pseudociendia en España
España, siglo XXI. Un país del primer mundo. Un país en el que el que no tiene título universitario está muy mal visto.
Sin embargo, la mayoría de los españoles con títulos universitarios creen un montón de absurdos con supuestos "fundamentos científicos". Exactamente igual que hace 2 siglos, cuando nuestros ancestros pensaban que a partir de un saco con calcetines usados se podía generar espontáneamente una camada de ratones.
No me estoy refiriendo al programa de Iker Jiménez (que también). Las fuerzas que me preocupan llevan entre nosotros mucho más tiempo, y nos hemos acostumbrado a ellos hasta el punto de que son casi invisibles. Su influencia mediática ya ha caído sobre varias generaciones de españoles.
Es la industria publicitaria. En concreto de las empresas que se dedican a hacer anuncios de cosméticos, detergentes y yogures "probioticos-o-como-los-quieras-llamar".
Mi compañero de piso y amigo Paco, lo resumió muy bien con la siguiente pregunta: "¿pero qué se creen estos tíos que son las vitaminas?".
Mirando los anuncios con detenimiento, es relativamente sencillo extraer algunas de las reglas que los publicistas de detergentes, yogures y, especialmente, champuses, nos enseñan:
Podríamos seguir enunciando cosas, pero creo que ya pilláis la idea.
Me parece una vergüenza que el Ministerio de Sanidad permita tal grado de desinformación, dejando que unas cuantas mega compañías se aprovechen de la incultura de la gente de forma tan flagrante.
Seguro que se os ocurren más ejemplos de pseudociencia publicitaria. ¡Dejad un comentario!
Sin embargo, la mayoría de los españoles con títulos universitarios creen un montón de absurdos con supuestos "fundamentos científicos". Exactamente igual que hace 2 siglos, cuando nuestros ancestros pensaban que a partir de un saco con calcetines usados se podía generar espontáneamente una camada de ratones.
No me estoy refiriendo al programa de Iker Jiménez (que también). Las fuerzas que me preocupan llevan entre nosotros mucho más tiempo, y nos hemos acostumbrado a ellos hasta el punto de que son casi invisibles. Su influencia mediática ya ha caído sobre varias generaciones de españoles.
Es la industria publicitaria. En concreto de las empresas que se dedican a hacer anuncios de cosméticos, detergentes y yogures "probioticos-o-como-los-quieras-llamar".
Mi compañero de piso y amigo Paco, lo resumió muy bien con la siguiente pregunta: "¿pero qué se creen estos tíos que son las vitaminas?".
Mirando los anuncios con detenimiento, es relativamente sencillo extraer algunas de las reglas que los publicistas de detergentes, yogures y, especialmente, champuses, nos enseñan:
- Existen los llamados "principios activos". Son los aminoácidos, los lípidos, las proteínas, las vitaminas y todas esas "cosas biológicas". Solamente los científicos, que son señores sonrientes con una bata blanca y con gafas, saben diferenciarlos.
- Es posible inventar nuevas principios activos simplemente poniéndoles prefijos y sufijos guays. Por ejemplo "polilípidos", "bioaminoácidos" o "dermoproteínas".
- Vistos al microscopio (?), los principios activos tienen todos una bonita forma pseudoesférica.
- El color de los principios activos de su procedencia; por ejemplo las vitaminas "vegetales" son verdes, los aminoácidos "de la avena" son "color avena", etc. Las gamas azules suelen estar reservadas para los detergentes, como por ejemplo las moléculas de "oxígeno activo"
- Las manchas están formadas por "moléculas de manchas" que son como manchitas microscópicas. Tienen el mismo color de aquello por lo que manchan: las "moléculas de mancha de vino" son color vino tinto, por ejemplo.
- La celulitis se produce porque hay unas "células de celulitis" (siempre de color amarillo) justo debajo de la piel. En estas células se acumula grasa, y las células "crecen".
- El pelo débil o maltratado tiene escamitas microscópicas. El pelo fuerte y sano no tiene escamitas y brilla.
- Todos los principios activos tienen incorporado un sistema de "búsqueda" que les permite moverse a través del aire, agua, ropa e incluso el cuerpo humano, hasta localizar su "objetivo". Éste puede ser una "molécula de mancha", una "célula de celulitis" o un "cabello débil o maltratado", o un cachito de caspa, por ejemplo.
- Una vez contactado el objetivo, el principio activo se autodestruye, limpiando la mancha/liberando la grasa de la célula/quitando las escamitas del pelo, de forma casi instantánea.
- Las compañías descubren nuevos principios activos cada día. Son mil veces mejores que los que utilizabas antes, lo cual justifica una nueva compra.
- Y lo más importante, todos necesitamos principios activos. Si no los usamos, nuestra ropa se ensuciará y se romperá, nuestro pelo será un desastre, tendremos muchísimas arrugas y celulitis, estaremos estreñidos, y finalmente, moriremos cuando nuestras defensas se agoten por no tener L-Casei Inmunitas.
Podríamos seguir enunciando cosas, pero creo que ya pilláis la idea.
Me parece una vergüenza que el Ministerio de Sanidad permita tal grado de desinformación, dejando que unas cuantas mega compañías se aprovechen de la incultura de la gente de forma tan flagrante.
Seguro que se os ocurren más ejemplos de pseudociencia publicitaria. ¡Dejad un comentario!
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O te tomas el actimel o te vuelves transparentoso!!lamenteibol!!
Paco - sábado, julio 22, 2006 1:09:00 p. m. (permalink)
(irónico) ¿Y también pensaréis que la Tierra es plana y está girando alrededor del Sol?
Pero qué os pasa, ¿no veis que lo ha dicho la tele y tiene que ser verdad?
PD. El único objetivo de la publicidad es vender, y el único objetivo de las empresas, ganar dinero. ¡Qué nadie se engañe!
kikito - lunes, julio 24, 2006 5:06:00 p. m. (permalink)
Lagarto lagarto...
Ya existe desde hace mucho tiempo una cosa que explica el funcionamiento del cuerpo humano como si fuera un cuento: Érase una vez el cuerpo humano. Explicar eso no es labor de los anuncios: ellos deben comunicar las bondades de sus productos, sin mentir.
Ahora bien, ¿mienten?
En esta entrada de la wikipedia podemos ver algunos detalles sobre los efectos del champú. Ilde, tú tienes más conocimientos de química que yo, pero me atrevo a interpretar el texto de la forma siguiente: las proteinas y aminoácidos no pueden, en teoría, actuar sobre el cabello (las primeras son demasiado grandes y los segundos solo actuan sobre cadenas de ARN en células vivas).
En cuanto a las vitaminas, el artículo dice que podrían tener algún efecto sobre las células del cuero cabelludo (por ejemplo potenciando el crecimiento del pelo) o algún efecto estético temporal, pero no un efecto "reparador permanente".
En otras palabras, que los ovoides amarillitos reparan el cabello es mentira porque es imposible. El champú tendría que estar formado por nanomáquinas capaces de reparar cadenas proteínicas muertas, o alguna tecnología similar. La nanotecnología aún está lejos de llegar a algo así.
Recuerdo perfectamente que las sábanas de hace 20 años eran blancas y el pelo de las chicas ya era sedoso y suave. Al menos después de que se lo labaran.
Anónimo - miércoles, febrero 14, 2007 1:17:00 p. m. (permalink)
Creo que no es necesario comentar el de la mujer que viene del futuro a decirte como tienes que lavar la ropa no?
por cierto, nunca entendí que era eso del frescor en la ropa... tiene que ver algo con la temperatura, o quizá con que la ropa está recien hecha???
kikito - miércoles, febrero 14, 2007 2:40:00 p. m. (permalink)
Además, la acción carece completamente de sentido! Ya que viene del futuro, podría haberse traído la vacuna contra el sida, o el cancer! O un boleto del Euromillón con premio, para poder usar la ropa una vez y tirarla!
Pero mira que inventar una máquina del tiempo para que tus antepasados pudieran lavar más blanco... hay que estar mal.