Los Curris: Snow Board


Los Curris

Cosas frikis por doquier

Snow Board

Hola a todos!

Estoy escribiendo este post tumbado en una cama en un pequeño albergue en Sierra Nevada. Cuando vuelva a la civilización (o cualquier otro sitio donde pueda tener acceso a internet; aquí hay una red wireless muy potente pero está muy bien protegida) lo subiré.

Hoy voy a hablar del snow-board, que es lo que estuve haciendo ayer y hoy y lo que seguiré haciendo mañana.

Empecemos por los efectos sobre la salud: Mis rótulas están molidas, mi cara quemada por el sol y en mi aparato locomotor está, por decirlo suavemente, maltrecho. Padezco de somnolencia extrema a partir de las 7 de la tarde y mis hábitos alimenticios están completamente trastocados (para horror de mi sufridora madre). De momento mi coxis se ha salvado, a costa de las rodillas, en las que tengo bultos nuevos.

En lo concerniente a los efectos psicológicos, son muchos y muy variados. El estar durante tanto tiempo seguido temiendo por tu vida (o al menos por tu rabadilla) debe activar algún tipo de glándula recóndita del cerebro que hace que le vengan a uno pensamientos de lo más peregrinos a la mente. Cuando no está en alerta máxima por golpe inminente ni rindiéndose a la somnolencia, claro. El efecto más llamativo, sin embargo, es que estoy deseando que llegue mañana para poder destrozarme las rótulas un poco más y pegarme nuevos atracones de nieve. ¿Masoquismo, estupidez, esquizofrenia, o una sutil mezcla de las anteriores?

En relativo a las sensaciones que se experimentan durante el snow board, son difíciles de explicar. Como en el esquí, uno tiene la sensación de estar controlando una caída, o un resbalón grande. Sin embargo, el hecho de que los esquís sean "más intuitivos" que la tabla hace que la experiencia sea completamente diferente.

Pondría una foto mía, pero me he caído tanto que me daba miedo llevar la cámara a las pistas. Así que pongo a éste niño detestable.

Supongo que en parte es debido a que tengo más experiencia con esquíes que con tabla, pero para mí cuando esquío solamente estamos la montaña y yo. Soy un hombre de pié que baja una montaña haciendo un giro a la derecha y otro a la izquierda, ayudándose de bastones muy de vez en cuando. Resulta intuitivo: dos piernas, dos esquís. Dos brazos, dos bastones. Con el truco de la cuñita le pierdes el miedo, y aprendes rápido. Yo dejé la cuña al tercer día, y todo va bien. Bueno, excepto porque mi estilo sigue siendo el del tercer día ("falta total de clase y glamour").

Haciendo snow las cosas son diferentes. Está la montaña, sí, y también estás tú. Pero amigo, también está la tabla, que al contrario que los esquís no pasa desapercibida. Es un elemento alienígena que se desliza y se dobla siguiendo caprichosas leyes. Te sujeta los pies en una posición fija, de forma que pierdes el equilibrio que tenías antes, con dos puntos de apoyo. Para mantenerlo tienes que ir apoyando tu peso de fomas raras, dependiendo de la orientación y la inclinación de la tabla, que cambian contínuamente. Y también dependes de la velocidad, como en las motos; más rápido, más estable. Vas siempre de lado, como un cangrejo. Por todo lo anterior, las rodillas, codos y final de la espalda sufrirán numerosas contusiones mientras aprendes.

Aprendiz de snowboarder realizando un reconocimiento "ocular" de la pista.

Porque ésa es otra: aquí no hay cuñita que valga. Tienes que dar curvas de lado, redistribuyendo tu peso para mantener el equilibrio. Un error puede resultar fatal para tu coxis, tus rodillas y tus muñecas. Y ese error llegará. Repetidas veces. Además, hay que andar poniéndose y quitándose una de las juntas (la de atrás) cada vez que uno sube un remonte.

Resumiendo, comparar esquiar y hacer snow board es como comparar ir en patines con ir de pie encima de un caballo que da vueltas, como las domadoras de caballos de los circos.

Y sin embargo, hacer snow board me ha gustado más que hacer esquí. Tiene sus ventajas. Con una tabla se pilla más velocidad. Como en cada giro que el peso se distribuye sobre las dos piernas por igual, puede llegar a cansar menos (una vez superada de la fase de "golpes constantes"). Las botas de snow board son mucho más cómodas; cuando termino de surfear no me duelen nada los pies (son prácticamente lo único que no me duele).

El modelo de botas que me alquilaron fueron las Northwave Legend, en color negro. Talla ¡47!
Más cómodas que unas pantuflas.

Si un día queréis regalarme algo y dejarme impresionado, ahí tenéis una idea.

Y eso es todo. Voy a ver si tomo un poco de pantumaca o algo.

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