Snow Board (II): Rivalidad
(Nota: También he escrito esto offline, en la nieve. Solo faltaban algunos retoques antes de subirlo)
Loli, mi monitora de snow board durante ayer y hoy, me contó que existe una (completamente absurda) rivalidad entre esquiadores y "surferos de la nieve". Fue una de esas conversaciones intrascendentes que se tienen mientras sube el telesilla, pero más tarde fui testigo de dicha rivalidad, de la forma que paso a relatar.
Mis hermanos y yo estábamos hoy terminando de comer sentados en una de esas mesas de metal barato que ponen en las terrazas de los "restaurantes" a pie de pista. Una chica nos preguntó si nos íbamos a ir, y cuando le íbamos a responder se nos acercaron dos chicas más (una rubia y otra morena, muy guapas, con trajes ceñidos) que pretendían ocupar nuestra mesa (las mesas son un recurso muy limitado). La chica 1 les dijo que ella estaba antes, y yo dije que era cierto. Las chicas 2 y 3 nos miraron a los dos con ese odio que solamente puede existir en los ojos de las mujeres guapas. Se dieron media vuelta y se fueron, dejándome a mí preguntándome por qué me habían mirado de esa forma.
Entonces me dí cuenta. Me fijé en la ropa de las tres chicas (fue uno de esos pensamientos peregrinos y extraños de los que hablaba más arriba; preguntad a mis exnovias). Me dí cuenta que mientras que la chica 1 llevaba ropas de snow board, las zagalas 2 y 3 llevaban ropa de esquí (y muy ajustada ... ay). Mis hermanos y yo también íbamos de snow board, así que 2 y 3 pensaron que yo "favorecí" a 1, por ser "como yo, de snow board".
Pero lo más perturbador es lo que pasó por mi cabeza después. Arrugué la nariz en una mezcla de "asco-con-odio" (un gesto que me queda fatal) y pensé "¡malditos esquiadores!". Bueno, "malditos" no es el improperio exacto que pensé, ya me entendéis.
Había metido, de golpe y porrazo, a todos los esquiadores en el mismo saco. ""Malditos"", les llamé. A todos. Desde los esquiadores que dan saltos espectaculares en las olimpiadas hasta esos niños tan monos que van haciendo "la casita" con esos cascos situados a una altura ... inconveniente. Lo peor del caso es que yo mismo soy más esquiador que snow-boarder. De hecho hoy, durante un momento de lucidez (que ya pasó) me he estado planteando coger unos esquís mañana.
En resumen, me puse una tabla en los pies y de forma inconsciente, durante unos segundos, me sentí plenamente capacitado para juzgar y condenar al 50% de la población en la estación, favoreciendo al otro 50%. Afortunadamente me dí cuenta de lo absurdo del caso, me pedí perdón a mí mismo mentalmente (ya que yo soy esquiador también, aunque no practicante) y me levanté de la silla, porque la chicha 1 se estaba empezando a impacientar.
Supongo que ya sabéis por donde voy: ¿Y si en lugar de tablas o esquís se tratara de piel blanca o piel morena? ¿Residentes o visitantes? ¿País de procedencia? ¿Sexo?
Seguro que un proceso mental como el anterior se repetirá muchas veces a lo largo de mi vida. En este año que comienza. Espero poder recapacitar y darme cuenta a tiempo de errores como el anterior. O mejor aún, todos nos demos cuenta. Que soy morenito y en algunas decisiones de otros llevo las de perder.
(Pues sí, hacer snow board tiene un extraño efecto sobre los procesos mentales :P).
Loli, mi monitora de snow board durante ayer y hoy, me contó que existe una (completamente absurda) rivalidad entre esquiadores y "surferos de la nieve". Fue una de esas conversaciones intrascendentes que se tienen mientras sube el telesilla, pero más tarde fui testigo de dicha rivalidad, de la forma que paso a relatar.
Mis hermanos y yo estábamos hoy terminando de comer sentados en una de esas mesas de metal barato que ponen en las terrazas de los "restaurantes" a pie de pista. Una chica nos preguntó si nos íbamos a ir, y cuando le íbamos a responder se nos acercaron dos chicas más (una rubia y otra morena, muy guapas, con trajes ceñidos) que pretendían ocupar nuestra mesa (las mesas son un recurso muy limitado). La chica 1 les dijo que ella estaba antes, y yo dije que era cierto. Las chicas 2 y 3 nos miraron a los dos con ese odio que solamente puede existir en los ojos de las mujeres guapas. Se dieron media vuelta y se fueron, dejándome a mí preguntándome por qué me habían mirado de esa forma.
Entonces me dí cuenta. Me fijé en la ropa de las tres chicas (fue uno de esos pensamientos peregrinos y extraños de los que hablaba más arriba; preguntad a mis exnovias). Me dí cuenta que mientras que la chica 1 llevaba ropas de snow board, las zagalas 2 y 3 llevaban ropa de esquí (y muy ajustada ... ay). Mis hermanos y yo también íbamos de snow board, así que 2 y 3 pensaron que yo "favorecí" a 1, por ser "como yo, de snow board".
Pero lo más perturbador es lo que pasó por mi cabeza después. Arrugué la nariz en una mezcla de "asco-con-odio" (un gesto que me queda fatal) y pensé "¡malditos esquiadores!". Bueno, "malditos" no es el improperio exacto que pensé, ya me entendéis.
Había metido, de golpe y porrazo, a todos los esquiadores en el mismo saco. ""Malditos"", les llamé. A todos. Desde los esquiadores que dan saltos espectaculares en las olimpiadas hasta esos niños tan monos que van haciendo "la casita" con esos cascos situados a una altura ... inconveniente. Lo peor del caso es que yo mismo soy más esquiador que snow-boarder. De hecho hoy, durante un momento de lucidez (que ya pasó) me he estado planteando coger unos esquís mañana.
En resumen, me puse una tabla en los pies y de forma inconsciente, durante unos segundos, me sentí plenamente capacitado para juzgar y condenar al 50% de la población en la estación, favoreciendo al otro 50%. Afortunadamente me dí cuenta de lo absurdo del caso, me pedí perdón a mí mismo mentalmente (ya que yo soy esquiador también, aunque no practicante) y me levanté de la silla, porque la chicha 1 se estaba empezando a impacientar.
Supongo que ya sabéis por donde voy: ¿Y si en lugar de tablas o esquís se tratara de piel blanca o piel morena? ¿Residentes o visitantes? ¿País de procedencia? ¿Sexo?
Seguro que un proceso mental como el anterior se repetirá muchas veces a lo largo de mi vida. En este año que comienza. Espero poder recapacitar y darme cuenta a tiempo de errores como el anterior. O mejor aún, todos nos demos cuenta. Que soy morenito y en algunas decisiones de otros llevo las de perder.
(Pues sí, hacer snow board tiene un extraño efecto sobre los procesos mentales :P).
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