Llamadlos villanos. Archienemigos. O como queráis.
Para mí siempre serán los malos. De pequeño me daban miedo. Algunos. Los que más miedo me daban eran los lagartos extraterrestres de V.
V: La invasión de los cardados ochenteros.Qué miedo me daban. Veía la serie desde detrás del sofá. Brrr.
Más adelante jugaba a enfrentarme a ellos. El villano con el que más me he enfrentado en mi imaginación es probablemente el Comandante Cobra, el enemigo de los G.I. Joes.
La mayoría de los malos, especialmente los de mi infancia, son personajes planos, vacíos. Hacen el mal simplemente porque son malos. Y como son malos, hacen el mal. Porque son los malos. Por eso se ríen así.
El Comandante Cobra: malo y encapuchado. Y comunista.
Y eso era todo, o eso creía yo.
Pero no. Como nos pasa a todos, me di cuenta de que, afortunadamente, no todos son así. De vez en cuando (aunque por desgracia, no a menudo) a algún guionista le dejan crear un malo diferente. Un malo con sentimientos, con profundidad. Un malo con motivaciones más realistas.
Irónicamente, he descubierto que dos de mis malos favoritos aparecen en dos series que difícilmente podrían clasificarse como "realistas", al ser de ciencia ficción.
Llevo tiempo queriendo hablar de ellos dos, así que hoy toca. Tranquilos, no habrá Spoilers.
El primero de ellos,
Gaius Baltar, de Battlestar Galactica, es un científico brillante, probablemente super dotado. Atractivo, de palabra fácil y muy conocido en su sociedad, tiene una moral un tanto libertina, y quizás poca empatía hacia sus congéneres, pero desde luego no es un "malo malo". Se contenta con vivir la vida que le ha tocado vivir.
Algunos le recordaréis como el amigo gay de Bridget Jones.
Vive una vida de éxito en la sociedad humana futura hasta que un brutal ataque casi destruye a la humanidad. Las circunstancias hacen que él juege, a su pesar, un papel decisivo en la muerte de miles de millones de personas. Pero él sobrevive.
Y a partir de ese momento y durante mucho tiempo, la supervivencia es su único objetivo. Sus conocimientos y los giros del argumento le obligan a hacer favores a ambos bandos, siempre caminando sobre la cuerda floja, aborreciendo sus actos, pero al mismo tiempo siendo incapaz de suicidarse. Y teniendo visiones y todo (link absurdo a
la iglesia de Gaius Baltar).
Por otra parte tenemos a
G'Kar, de Babylon 5.
Cuando lo ví me dije a mí mismo: oh, vaya. Ahí va uno de esos
"malos malos". A punto estuve de dejar la serie en cuanto lo ví. Cuando es presentado, G'Kar es vil, resentido, manipulador, vengativo y mezquino. Además, su raza tiene sin duda el aspecto que tradicionalmente se les pone a "los malos": feos guerreros reptiloides de ojos rojos. Cuya única función en la vida es destruir todo lo bueno.
Hola, soy el nuevo canguro. ¿Dónde está la cría que hay que cuidar?
Pero el resto de los personajes me gustaba, y ya me había bajado la mitad de los capítulos, así que seguí viendo la serie. Durante la primera temporada G'Kar fue el personaje que más odié, probablemente porque era un mal malo.
Y sin embargo el personaje va evolucionando poco a poco. Empiezan a entenderse sus motivaciones. Uno descubre que no es tan malo... y bueno hacia el final de la quinta temporada es el personaje más honorable, valiente, sabio y sacrificado. Y por supuesto mi favorito (soy un chico fácil, qué le voy a hacer). Y además es el que mejores frases tiene. Una de ellas es probablemente mi frase favorita para decir en despedidas:
"Creo que cuando dejamos un lugar parte de nosotros se va y parte se queda. Vaya a cualquier parte de este lugar, cuando haya silencio, y escuche. Comenzará a oír los ecos de todas nuestras conversaciones, cada pensamiento y palabra que hemos intercambiado. Mucho después de que nos hayamos ido, nuestras voces seguirán en estos muros, mientras este lugar exista. Pero admito que la parte de mí que se va echará mucho de menos la parte de usted que se queda."
Y eso es todo por hoy. ¡Mis disculpas por un post tan largo!